sábado, 24 de enero de 2009

"Ese gesto de secretaria profesional"

Puedo hacer lo que quieras, puedo alcanzarte la vida eterna, el sol en monopolio, puedo tatuarme tu imagen en el cuello, regalarte una flor cada vez que desayunes conmigo, lanzarme a los leones y a los tiburones también. Puedo convertirme en novela y en canción, hasta puedo convertirme en capitán. Trueno, Garfio, incluso en Pedro.

Si tú quisieras algo.

Lloro por las noches de tristeza y de miedo. Se me pone una corbata muy apretada en la garganta. Pobre Liliana. En marzo. Pobre Pola. Os vais a comer sin saber cómo. De repente, como un fideo que se absorbe con ruido. ¡Ay va una pierna! Devoradas por los lobos de vuestras mentiras piadosas.


Y aquí me detengo.