jueves, 29 de marzo de 2007

Palabreo con mayúsculas

Sosa y con gafe para los auriculares. Acaban por sólo escucharse el derecho, siempre el derecho. Y la chica que dice eh!, esa es la que me gusta. Esa.
Y me he tatuado
t.u.y.a.
siem-pre
porque soy así de masoca.

"É maravilloso cando che gusta alguén, non cres? Non sei... é moi bonito... é moi bonito... non sei, a min gústame moito. Sin eso eu non podería vivir... Imaxínaste? Non, non podería porque sin eso non vivo..."

miércoles, 28 de marzo de 2007

It came from outer space



No lo sé, es todo muy confuso. Los labios llaman mi atención, pero quizá sin ese fondo negro no lo harían tanto. Es todo cuestión de detalles y minucias. Esto no es París, pero veo la torre Eiffel por todas partes. Por todas.

domingo, 25 de marzo de 2007

No se vengó

Siento que esto lo tengo que contar. Acabo de venir de mis más de cuatro horas con una sóla persona y vengo llena de buenos presentimientos, buen humor y grandes dosis de humanismo...
A eso de las siete y media de la mañana, el after de los Castis dio su fin y él decidió acompañarme. Yo sabía más o menos que lo iba a liar de alguna forma, él no. Le hice ir hasta la panadería más mítica, pero no entramos por la puerta de atrás como me decía él, sino por la de delante, y yo sóla me tomé un croisant compartido. Por primera vez robé una barra de pan y me sentí como Aladín, él me dijo que se sentía como Apu. Era la primera vez que robaba una barra y también la primera vez que me llamaban la atención por robar: "eso lo cojisteis en el hotel" "¿hotel? ¿qué hotel?" "no, no sé de que nos hablas..." se nos da fatal mentir, pero...
Hicimos una gran batalla de pan, odio reonocerlo pero me ganó, mermó mi barra en cachitos, uno a uno, como Beatrix Kiddo y su último oponente en el Hotel de las hojas azules: zas!, zas!, zas! y ya no tenía pan.
Luego de reir, llorar (yo) y contar historias sobre palomas y gaviotas, nos fuimos al parque. Yo me senté en uno de estos columpios de ahora, que tienen proteción por todos lados, para los bebés; de hecho, una persona de más de seis años de edad, no puede sentarse en ellos, pero eso a efectos da igual. Yo me senté y me balanceaba de tanto en tanto. Él se situó en una de las bases, apoyado, mirándome a mí, al mar y al suelo, pero no todo a la vez. Y hablamos y hablamos: que si derecho, que si arquitectura... blablabla Gaudí, Le Corbusier, Alvar Aalto, Mies Van der Rohe...
Es duro, tanto lo uno como lo otro... aunque apruebes todo, es duro y las comparaciones y los plagios también.
Pospuse mis ganas de besar para otro momento aunque me ardiese la boca... Aguanté bien, hermosamente bien con la luz en la cara y mis ojos marrones jugando al escondite de color.
¿Luego? luego una niña iraní en el parque, en el columpio que quedaba libre, balanceándose con sus tempraneras piernecitas. Su tutor en un banco, su sonrisa en mis ojos, mis manos dándole impulso cada dos minutos, sus oyuelos marcados y su mirada clavada en mí. La mirada de ambos.
-Eres libre, son más de las 10, te lo mereces
-No me quiero ir
-No lo hagas por mi
-Te acompaño
-¿Me tengo que sentir protegida o algo?
-No, sólo querida...

sábado, 24 de marzo de 2007

Inglés, alemán y japonés, por si acaso



O'Ren se pone de mala ostia cuando le faltan al respeto. No lo soporta. No soporta que hablen de su mezcolanza de etnias. Dice que todo lo demás no serán tabú, yo no me lo creo mucho.

jueves, 22 de marzo de 2007

Sobre tres minutos en mivida después de comer

Te subes el pantalón, pero antes de subirlo del todo, tiras de la cisterna. Sigues subiéndolo, te abrochas el botón juntando las rodillas, después la cremallera y acabas apretando el cinturón. Te agachas sin doblar las rodillas (notas como tira un poco) y recoges el libro del suelo. Te miras al espejo, separas los pelos que se juntan en la frente y recorres la melena con los dedos, deshaciendo o dejando nudos imposibles. Te acercas y te subes las gafas con las que llevas cinco días seguidos y que ya te molestan y pesan en la nariz. Miras tu ojo a pocos centímetros y sólo descubres una molécula de legaña acechando, así que decides dejar las gotas para más tarde. Corres el pestillo, abres la puerta y apagas la luz. Te diriges a tu habitación y dejas el libro en la cama. Sales y vas al otro cuarto de baño. Enciendes la luz, arrimas la puerta y coges tu cepillo de dientes al que le sacas la tapa y descorchas la pasta. La retuerces sobre sí misma de forma horizontal y al final aprietas. Echas la pasta verde en el cepillo y enroscas la tapa de nuevo, quedando como un caracol sin antenas. Abres el agua fría, enjuagas el cepillo y cierras la villa. Pones los labios en forma de "O" exagerada y comienzas por el lado derecho, pasando al izquierdo y de ahí a las muelas superiores e inferiores, escupes porque tienes demasiada pasta en la boca y sigues con los incisivos y compañía de arriba a abajo. Otro repaso más general. Listo. Abres de nuevo el agua fría, enjuagas el cepillo y lo sacudes. Escupes, te apartas el pelo y tomas agua, enjuagas un par de veces y otra vez más el cepillo, que sacudes y guardas. Te secas a la toalla azul colgada de la puerta y apagas la luz. Vas a tu habitación, cierras la puerta para no escuchar los disparos de las habitaciones contiguas y coges el libro que habías dejado encima de la cama. Lo llevas hasta la mesa y te vas a la estantería de la derecha a por un sólo folio. Lo colocas enfrente del libro y a la derecha del otro que tanto te interesa, donde ahora descansa el estuche. Divisas tu bandolera, pasas por delante de la minicadena apagada y abres los cierres metálicos que tintinean al caminar. Corres la cremallera y extraes el estuche verde de Ibiza que tantos años tiene. Mientras te diriges de nuevo a tu mesa (que más bien es una tabla encima de dos caballetes) lo lanzas al aire dando medias volteretas antes de volver a caer en tus manos. Lo abres y sacas tu pilot negro, lo destapas y comienzas a pensar desde dónde escribir.

miércoles, 21 de marzo de 2007

conjunto

Fue en la noche del 18
cuando Jo besó a Marty,
contagiándola de amor
y odio.

viernes, 16 de marzo de 2007

todo junto y apretadito es más personal

Me gusta hacer guarradas con el petit suisse. Mi Yaya los tenía por toneladas en su nevera catalana. Recuerdo que Mauro se los comía siempre de dos en dos. Mi hermana y yo nos peleábamos por el de base lisa porque sabía mejor. Cuando la Yaya hacía el mejor plato del mundo yo no tomaba petit suisse, ni me lavaba los dientes. Le dejó un reloj a mi hermana Laura, pero seguro que ella ni se acuerda. Yo aún la echo de menos. Mi tía fue la más rota de los tres hermanos. Tengo su imagen grabada en alguna venita, temblándole la voz y acabando en un llanto azul. Dormíamos siempre un día en su casa, en un sillón-cama y nos levantábamos a las seis de la mañana para ver a un pájaro precioso posarse en uno de los árboles que hacía de portería. Era la única vez que dormíamos los tres juntos, por eso yo me pedía el medio porque quería tener a Mauro a mi lado, a mi hermana no, pero no quería que Mauro estuviese también a su lado, lo quería todo para mí. En casa del avi tenía que irse a otro cuarto ya que mi hermana y yo dormíamos en camas gemelas, acunadas por los cuentos de mi avi, todas las noches de verano y semana santa, una historia diferente. Recuerdo con mucha simpatía aquella historia de gatos y gatas, era la primera historia con cierto tono sexual que escuchaba. Después nos persignábamos y a la mañana siguiente, como todas, íbamos a Plaza Catalunya y éramos felices con cien pesetas transformadas en comida para paloma. Es en esta época del año cuando todo me empieza a recordar más a Barcelona y con este tiempo no pasa un día sin que venga a mi memoria y mientras, voy tachando los días que quedan.

miércoles, 14 de marzo de 2007

BibliotecoMANÍA

Se ven cosas curiosas al ir a la biblioteca, puede ser porque no tienes vida social o porque te pasas horas y horas sin hablar.
Un día de estos, en las famosas "escaleras de derecho" (que no son de derecho, sino que son para todo un campus), un chico/señor se encontraba, a la noche, arrancando carteles de los típicos espacios destinados para ello; esos en los que se fijan carteles unos encima de otros, por capas, sin haber quitado el anterior; pues ahí se encontraba el hombre, mochila al hombro, arrancándolos. Parecía concentrado en la tarea y la actividad le fue disminuyendo la rabia, la ira u otro sentimiento negativo, o puede ser que se estuviera cansando de no llegar a alcanzar la base, pero poco a poco, despacito, fue parando. Lo sé porque al cruzar me quedé mirando entre fascinada y envidiosa, un punto intermedio.

En el famoso "callejón de Derecho" (que no es de Derecho, sino que es un acceso a muchas otras facultades, pero como ya he dicho, soy muy egocéntrica) se apostan repartidores de publicidad o periódicos gratuitos. Siempre te reparten tantas cuantas veces pases por allí, te reconozcan o no (yo me inclino por que no, aunque a efectos sea lo mismo, cuanto antes terminen el tacote, antes se irán). Normalmente son jóvenes, pero aquellos días hubo una excepción. Un bar muy conocido, curioso y bien decorado, llamado Momo ha aposentado allí a un señor a repartir, no panfletos, sino calendarios. Están muy chulos. A mí, a principios de semana me dió uno y, al verlo pensé en Denís y en que le cojería uno para él, pero a la vuelta de la biblioteca ya no estaba. Días más tarde me lo reencontré. En el primer reencuentro no me repartió (pasamos mucha gente a la vez), pero la segunda vez tampoco y la excusa del primer reencuentro no le sirve aquí, pasaba yo sola y, al verme, se giró y se colocó contra la pared, mientras me acercaba se giró hacia el otro lada y en el momento de pasarlo se volvió a girar contra la pared de nuevo, tipo escena del ascensor de The eye. Éste, sin duda alguna, me reconoció.

viernes, 9 de marzo de 2007

Recordé una canción, ya se me olvidó

Quedaban muchísimos segundos para el parcial. No sabía si presentarme o no, pero ansiaba tanto la libertad que decidí salir y en lugar de quedarme arriba con un pitillo y un café, me fui a pasear un rato. Acabé en casa. Me gustó que nadie me dirigiera palabra; no tuve que dar explicaciones, tampoco sabría qué decir, quizá que volvía porque me sentía muy sola, pero esa es una de las cosas que no se dicen a la cara.
LLevaba todo el día oliendo a café, es una buena sensación, pero sería mucho mejor si no tuviera la pierna tan húmeda.
Tomé un plátano, dejé el batido de chocolate para la resaca del día siguiente y me fui a perder el tiempo durante dos horas.

martes, 6 de marzo de 2007

Ellas también existen aquí

Me di cuenta hoy, mientras mi rodilla se recuperaba y sedaba mis ovarios. O quizá fue un poquito después.

domingo, 4 de marzo de 2007

Sólo escuchaba agudos

-Papáaaaaaaaaaa...; papáaaaaaaaaaaaa...
[ruido de tractor]
¿a dónde vas?
¿puedo ir contigo?
¿y si cojo el chaquetón?
por faaaa
[Ruido de tractor alejándose...]

sábado, 3 de marzo de 2007

Primera conversión en P.V.

Fue a eso de las cuatro y media de la tarde, después de haber marcado el libro que tanto le gusta a Aïsha con tes y números.
No era un post-it, la tinta mina no me daba para tanto y si alguien conftestara, sólo necesitaría borrar y reescribir. Era un marcador (no recuerdo el nombre que le tenían puesto en la fotocopiadora de mi facultad, si eso iré a mirarlo después, porque necesito un afilalápiz*)**




*y otro rotulador verde (19.27)
**cerraban a las 7...

jueves, 1 de marzo de 2007

Divagaciones III


Odio este ordenador, enfrente de la entrada, donde la gente se pone a hacer cola. Pienso que todos miran mi ordenador (siempre fui muy egocéntrica) y se ríen de mí... Por eso escribo este post en forma de email, para que no "cante".
Alomejor da el cante igual porque sacar un papel doblado tres veces del bolsillo de atrás hace que la gente te mire de forma extraña, quizá piensen que es una carta de amor que envío por correo electrónico a mi media naranja a mil kms, o quizá no...

Hace unas décadas, un excéntrico artista hizo una obra con instrucciones, se llamaba Dance Diagram y creo que hizo varias versiones. Eran instrucciones para bailar. A mí me hacen más falta las instrucciones para caminar porque se me olvida.
Últimamente lo hago mirando al cielo, pero sólo cuando escucho esa grabación y llevo tirantes, sino sería desastroso.

Hoy tenía que probar lo del hipervínculo, no sé si me saldrá, pero lo espero.
Pandora es una radio virtual que te descubre nuevos grupos, sólo tienes que escribir una canción o un artista que te guste y te buscará las afinidades musicales, con sus mismas características. Luego, si te gustan, enchufas el emule o te lo compras.

Me gusta la sensación de saber que estás a punto de dormir. Se junta realidad y ficción, eres plenamente consciente de qué se abre hueco en tu mente. Me encanta dormirme en situaciones surrealistas y despertarme con tu mentón en mis labios.