martes, 20 de febrero de 2007

You're my wicked life

As I said before... I've allowed you to keep your wicked live for two reasons. And the second reason is, so you can tell him, in person, everything that happened to you tonight. I want him to witness the extend of my mercy by witnessing your deformed body. I want you to tell him all the information you've just told me. I want him to know what I know. I want him to know what I want him to know. And I want them all to know, they'll all soon be
as
dead
as
O'Ren.

lunes, 19 de febrero de 2007

Bonus track

Estoy nerviosa. Tengo pánico a que me lean, a que me descubran... y qué paradójico que tenga un blog, lo sé. Por eso cambio de vez en cuando de dirección. Por si acaso se cuela alguien y... No. No estoy preparada.
Pensé que no había dejado ninguna pista, ningún rastro que pudiera identificarme o que se pudiera rastrear hasta llegar aquí, en pleno corazón abierto. De ahí el cambio de nombres, actitudes, forma de escribir, incluso de personalidades. Cada nombre, una personalidad.
Y no lo logré.
Y me pillaron o me pilló.
Qué miedo, pero al mismo tiempo, qué sensación...

viernes, 9 de febrero de 2007

Sin camino, sin hogar, sin rumbo

Te he visto esta mañana. Tu mirada perdida cargada de soledad y tristeza se posaba en la otra acera. Y esa mirada, aunque no fuera dirigida a mí, me paralizó. Caminando poco a poco, temiendo que con cada paso tus pies se hundieran contigo detrás; así te perdí. La marea me arrastró, alejándome, pero aunque mis ojos te perdieran de vista en el semáforo, todavía lates en mi mano <<pom pom>>
<<pom pom>>

lunes, 5 de febrero de 2007

Accidente atraente

Me gustan los ordenadores de la esquina, son más solitarios y acogedores. Nadie suele mirarte por encima del hombro si estás en uno de éstos. Y es donde me quiero encontrar yo, en una esquina del mundo, sola, pensando. Pensando y actuando. Algo me dice que necesito mi espacio alejada del mundo que me conoce. Pero no me gusta la idea de separme de mis conocidos, de mis amigos; sin embargo algo me pide que lo haga, que me vaya lejos, lo suficiente para que nadie ni nada me recuerde esta vida.
Ya no tengo miedo a morir. Es uno de los monólogos que me salen últimamente, pero cuando lo hablo con mi madre se asusta y me mira de forma extraña, pero yo no tengo la culpa. Moriré joven, no me importa, seré como Elvis o Ian Curtis. También se lo he dicho a Pablo. Creo que él también se preocupó un poco. Hoy ha tenido charla conmigo. Dice que paso de él, que nota que estoy distante, que no lo echo de menos, que no sabe nada de mí, sólo cuando él toma la iniciativa. Le contesté que en parte tenía razón, que lo comprendía, pero que no podía hacer mucho más, que aunque no lo pareciera, yo también me estoy esforzando, un poquito, pero le dije que me costaba. Y lo comprendió, me dijo. No quiere agobiarme y yo no quiero que me agobie, pero esto no es cosa del querer. Quizá con tiempo, me digo a mí misma, pero quizá no, porque el primer día lo quise como no he logrado hacerlo después de un mes de relación.