Hay malos y buenos, feos y guapos. Todo varía y nada cambia, somos personas. Las indecisiones duelen y pueden atravesarte con espadas de plata y empuñadura de oro. Qué común. Los ojos pican y están rojos, como lo tomates cherry que tanto le gustan a mi madre. Ya no los compra, los traía por papá y a él, en el fondo, no le gustaban, pero se los comía por mamá. Enteros y de tres en tres. Una simbiosis que yo no entiendo y me pongo triste, como un camión sin Elvis que baile catala.
jueves, 8 de noviembre de 2007
Si me lo pides así, claro que me sentaré contigo
Escrito por
Mia
a las
jueves, noviembre 08, 2007
Suscribirse a:
Comment Feed (RSS)
|