lunes, 1 de mayo de 2006

La senda del tiempo

Tu vida se para, el corazón no responde y la sangre se congela en las venas. No te funciona el cerebro, no eres capaz de pensar, sólo puedes quedarte parado mirando hacia nada en particular, mientras esperas esa decisión que tanto puede cambiar tu vida y que no da llegado.
Segundos se hacen eternos, minutos se hacen años luz...
En un santiamén te sueltan tu destino. Entonces todo empieza a acelerar: los segundos no existen, los minutos se convierten en segundos para que puedan existir... La sangre sale disparada, el corazón bombea hasta el espasmo y las venas se convierten en autopistas. El cerebro te vuelve a funcionar, sí, pero está saturado, son tantas las cosas que piensas que no llegas a conclusión alguna: qué hacer? qué decir? esto o lo otro? El shock puede ser tan fuerte que te quedas sin habla y puedes estropearlo todo, porque los silencios también cuentan.