En su mente, constipada y triste, Babis se escribe en los dedos: qué-da-te conmigo, pero al final del día nadie se queda y ya es hora de dormir. La paciente de la 509 no aparece a media noche, es entonces cuando Babis se encuentra más sola y triste que nunca, vacía. Y llora un poquito, sin ganas, dejándose llevar por el sueño que siempre es tan oscuro en esa habitación de hospital, sin nadie al lado, sin nadie encima. Y cuando los primero rayos del día tocan sus pestañas, la pena comienza a llenarla hasta despertarla de nuevo, en ese otro día que empieza al revés.martes, 28 de octubre de 2008
Hay días en que valdría más no salir de la cama
En su mente, constipada y triste, Babis se escribe en los dedos: qué-da-te conmigo, pero al final del día nadie se queda y ya es hora de dormir. La paciente de la 509 no aparece a media noche, es entonces cuando Babis se encuentra más sola y triste que nunca, vacía. Y llora un poquito, sin ganas, dejándose llevar por el sueño que siempre es tan oscuro en esa habitación de hospital, sin nadie al lado, sin nadie encima. Y cuando los primero rayos del día tocan sus pestañas, la pena comienza a llenarla hasta despertarla de nuevo, en ese otro día que empieza al revés.
Escrito por
Mia
a las
martes, octubre 28, 2008
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