viernes, 24 de octubre de 2008

De conciertos


Ayer fui a un concierto en la sala Capitol. Fue un concierto sorpresa cuando aún no me había recuperado del todo del día anterior. Mi amigo el barman, aunque suene un poco cursi eso de barman, me invitó porque Miguel no podía ir. Me ha gustado mucho y el sonido era muy bueno. Después hemos salido de marcha, los del concierto y algunos amigos que me han llamado. Fuimos a un bar que me gusta mucho por la estética, pero también y sobre todo, por la música. Aunque sólo conozca alguna de Joy Division o sus idas de mano con Nirvana. Pero Ramón, mi barman, me ayuda con eso.


Al poco de llegar, vimos aparecer al guitarrista del grupo al que habíamos ido a ver. Le he pedido un autógrafo que plasmó en la misma entrada. Luego llamé a Pola, y me ha faltado tiempo para ir corriendo a buscarla. Estaba con sus amigas donde siempre. Sus amigas siempre me saludan con una sonrisa. Cuánto más borrachas, más sonríen. Ha dormido conmigo porque las noches sin ti son un infierno, y esto sí que es cursi. Hace más de hora y media que se fue, y un poco enfadada.

Hoy vamos a un concierto juntas, en la misma sala de ayer. Es un rollo completamente distinto, pero tengo muchas ganas. Hemos quedado a las nueve, siempre me gustó esa hora. ¿Qué hora es? Son las nueve. Se ha reído un poco de mí. Da gusto cuando se meten contigo y luego te dan un beso. Pero he de decirte algo: no creo que ningún crítico resuma esto en una frase, no le daré la oportunidad.