domingo, 13 de julio de 2008

From her to eternity

Natalia, alguna vez me lanzaré al mundo con tu nombre, es un nombre de princesa birmana. Una vida plena, un recorrido envidiable, un intenso flujo de experiencias e ideas. Conversaciones metafísicas a la hora del té o conferencias brownoideas eternas.
Las ciudades tatuadas en el corazón de Natalia: Nantes, Beirut, Brandenburg... Sus ojos azules, sus arrugas piadosas, su aire a dama solitaria. La sabiduría de Natalia, su elegancia y compostura. Un ligero acento en cada lengua que sale de sus labios finos. Los amantes que recorrieron tu vientre y las caricias que te han regalado, Natalia. El manejo de sable, los bailes de salón, las trenzas antes del primer beso. El dolor. La guadaña, Caronte y su barca. Natalia de nuevo fumando, su pitillera de cuero, su zippo gastado, sus Gauloises azules. La identidad romántica francesa que nunca perdió.