sábado, 4 de noviembre de 2006

Yo no era de esas que se conformaba con un pony

A veces me dan arrebatos (o lo que es lo mismo, ímpetus de sentimientos). No se porqué, o quizá si, pero no lo quiera contar.
Hoy me han dado varios. El más estúpido es el de andar por mi casa con un bastón. Hago que cojeo de la pierna derecha, no sé por qué, quizá sea un síndrome house o quizá sea porque el "pomo" del bastón tiene la misma forma que la cabeza de un caballo. Y es que el jueves, mientras mis mareos mareaban mis ojos, los cerré y soñé varias cosas, entre ellas que montaba a caballo. Me encanta montar en caballo, mejor dicho, me encantaba; hace mucho que no lo hago y eso me crea trauma. Por eso hoy, cuando mi madre me vio con el bastón y me preguntó que por qué lo llevaba, le contesté que era para acostumbrarme, para cuando me regalasen el caballo que llevo pidiendo desde niña, porque yo no era de esas que se conformaba con un pony; y pronto será mi cumpleaños...