Parece un día feliz: el cielo está despejado, el sol sonríe ampliamente y mi resaca me deja pensar... Además, hoy es 20 de agosto, esta fecha está cargada de signifcado, pero pese a esto hoy no es un día pleóricamente feliz porque se va...
Hace dos horas y media que se fue, dejándome una especie de soledad blanca que forma espuma si la agito. La despedida no fue triste, fue más bonita que eso, fue sincera y cariñosa, con escenita incluída. Y ya me siento más alegre, tuve mi momento tren-correr-pañuelo-adiós y sólo, sólo, faltó la lágrima en la arena, como dijo Peré.
domingo, 20 de agosto de 2006
El niño viejo
Escrito por
Mia
a las
domingo, agosto 20, 2006
Etiquetas: Cercanías que marcan
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