miércoles, 31 de mayo de 2006

The will to death

-¡¡¡MUERTOOOSS!!!- gritó la chica de ojos verdes claros con lágrimas resbalándole por sus melocotoneadas mejillas. Sus hombros temblaban y sus manos se movian sin control.
CÁAAAAALMATE!- le dijo su hermana mayor mientras la abrazaba.- Sólo están muertos en tu mundo. Recuerda que, como dijo el abuelo, cada uno tiene su mundo, compartido en su totalidad por la familia directa; pero cada persona que conoces tiene su propio mundo, compartido contigo en una mínima parte. Pues bien, en tu mundo les ha llegado la hora, no puedes hacer nada. Es el destino que ha decidido que ya no pueden enseñarte más, ni tú a ellos, vuestro vínculo ha acabado. Pero alégrate porque, en sus respectivos mundos, siguen vivos, continúan haciendo más amigos, aprendiendo, madurando... pero en sus mundos, sin ti. Así que, ¿por qué llorar? Alégrate por haberlos conocido. No están muertos, sólo que no los volverás a ver.
-No puedo, ¡murieron, MURIEEERON!
-No es cierto- dijo la hermana, soltándola y clavándole unos ojos de incredulidad y asco- ¿qué es más importante: que sigan vivos o que no vivan para ti? ¡EGOÍSTA!- Sus ojos se llenaron de lágrimas y salió corriendo.


"Coming to you and then going away
But for them nothings changed, for them nothings changed
"